Desde 2008, tras realizar varios estudios, apostó por dar una vuelta de tuerca a su sistema productivo: aplicar riego complementario en 120 hectáreas, en un territorio con un promedio de 750-800 mm de lluvia al año. El objetivo era duplicar la producción de materia seca por hectárea. Una rotación de cultivos anuales, cosechados como forraje conservado. Hasta ahora no habían implantado cultivos plurianuales como la alfalfa. A la hora de enumerar las ventajas del riego mecanizado, el productor no duda en que la gran ventaja radica en la posibilidad de transformar los forrajes en leche. Permite que se muevan sin dificultades al cambiar el destino de un lote, cosechando si se cubren los requerimientos alimentarios del rodeo.
El agricultor instaló un equipo de riego mecanizado de origen americano, un pivot de riego fijo con un caudal de agua de 335 m3/hora, para cubrir una superficie de 120 hectáreas, divididas en cuatro sectores de 30 hectáreas. Además de rotar los cultivos se maximiza el uso del equipo. Para evaluar el proyecto se consideró que la inversión debía amortizarse en 15 años, aunque tal período podía ser menor. En esa región, por la buena disponibilidad de agua, hay muchos equipos empleados en la producción agrícola.
Con el sistema de riego instalado, el objetivo es duplicar la producción de materia seca destinada al rodeo de tambo. La explotación pretende exprimir al máximo su equipo de riego, para ello, está considerando la posibilidad de incorporar el fertirriego, ideal para el uso con fertilizantes nitrogenados.