La teleasistencia se ha convertido en la mejor alternativa al riego por inundación en los campos de León. Esta zona, dedicada a la siembra de cereal, ha sufrido una gran transformación poniéndose la tecnología de que disponen desde hace varias décadas en California e Israel, al servicio de la agricultura. En el horizonte de dos años se habrán modernizado unas 50.000 hectáreas en 1.000 explotaciones.
Los nuevos sistemas han eliminado del mapa a los tradicionales aperos. Un gran canal entre el río Porma y el Cea conduce el agua hasta las estaciones de bombeo. Las balsas retienen el agua que se filtra para eliminar las impurezas. Con 24 horas de antelación cada usuario solicita el riego de su parcela. Se trata de un sistema autómata, una operación que puede llevarse a cabo a través del teléfono o accediendo a una página web. Como la edad media de los agricultores es inferior a los 50 años, la comunidad de regantes intenta que cada vez sean más los que empleen el portal en internet. Desde este punto, el agua demandada recorre una tubería subterránea hasta llegar al hidrante.
En las parcelas, cada agricultor decide en función de los cultivos el sistema más adecuado. El goteo se instala en viñedos, y los más habituales son la aspersión, el riego con pivot y el rotator. Así, el ahorro que se consigue es de un 50% respecto al riego por inundación.
Además, estos sistemas ofrecen la posibilidad de añadir fertilizantes al agua, lo que mejora su efectividad y no genera efectos adversos sobre el medio ambiente. Los costes económicos son elevados, pero la financiación de las instituciones alcanza el 50%.
Los nuevos sistemas han eliminado del mapa a los tradicionales aperos. Un gran canal entre el río Porma y el Cea conduce el agua hasta las estaciones de bombeo. Las balsas retienen el agua que se filtra para eliminar las impurezas. Con 24 horas de antelación cada usuario solicita el riego de su parcela. Se trata de un sistema autómata, una operación que puede llevarse a cabo a través del teléfono o accediendo a una página web. Como la edad media de los agricultores es inferior a los 50 años, la comunidad de regantes intenta que cada vez sean más los que empleen el portal en internet. Desde este punto, el agua demandada recorre una tubería subterránea hasta llegar al hidrante.
En las parcelas, cada agricultor decide en función de los cultivos el sistema más adecuado. El goteo se instala en viñedos, y los más habituales son la aspersión, el riego con pivot y el rotator. Así, el ahorro que se consigue es de un 50% respecto al riego por inundación.
Además, estos sistemas ofrecen la posibilidad de añadir fertilizantes al agua, lo que mejora su efectividad y no genera efectos adversos sobre el medio ambiente. Los costes económicos son elevados, pero la financiación de las instituciones alcanza el 50%.
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